El fenómeno Chávez


Introducción

Los artículos que aparecen en la prensa habitual parece que no tratan con objetividad las noticias que tengan que ver con el presidente de Venezuela. Sin embargo, hay que apuntar que este conflicto se da también con los presidentes de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y quizás en menor medida otros países que, como El Salvador, empiezan a cambiar la manera de hacer política que predominó en el continente sudamericano durante los años 80.

Esos procesos de cambio, es lo que podrían conocerse como “fenómeno Chávez”, ello abarcaría aquel conjunto de países que apuestan por abandonar aquella vieja política, a la que se hacia referencia, mientras aplican de manera más o menos rigurosa el llamado “Socialismo del siglo XXI”. Esta nueva forma de entender el marxismo concebida por Heinz Dieterich, que no deja en ningún momento de ser una revisión de la teoría original, aún no contiene un cuerpo definido que establezca parámetros concretos a aplicar, sino que es extremadamente maleable.

Orígenes

El objetivo de este artículo es el de hacer un análisis desapasionado de este fenómeno, para ello el primer punto a tratar debe referirse a su propio origen. Durante la década de los 80, e incluso en los 90, el laboratorio neoliberal, en pleno auge de su doctrina económica, encontró el perfecto campo de pruebas de sus teorías renovadas, en Sudamérica. Ello acabó desembocando en unas duras condiciones de vida en este continente. Los graves incidentes como los que se vivieron en Cochabamba (Bolivia) a raíz del proceso de privatización del agua, o el conocido como “Caracazo” que se vivió en 1989 en Venezuela bajo el gobierno de Carlos Andrés Pérez, son buena muestra de ello. Observando estos hechos, se deduce la primera condición para que la población opte por un cambio drástico de políticas: la pobreza. Es evidente, que en la atrasada Rusia zarista no habría triunfado ninguna Revolución Bolchevique sin la existencia de esa pobreza.

Pero, lo que más influencia tuvo fue la galopante corrupción que acompañó a todo este proceso, quizás fue la pobreza la que engendró la corrupción, o pudo suceder al contrario, pero sin duda mantienen una estrecha relación. Según un informe del Centro de Estudios Latinoamericanos: “la evidencia empírica sugiere que los gobiernos en los países más pobres son también los más corruptos”[1]. Todo ello, genera un rechazo a la clase política dirigente, que acaban siendo vistos como incapaces de generar el bienestar necesario para un pueblo.

De esta manera se llega a diciembre de 1.998, cuando el pueblo venezolano, hastiado de todas las penurias anteriores, decide optar por un cambio y eligen a Hugo Chávez Frías presidente de la República de Venezuela. Con él, se inicia un efecto dominó que llevó a elegir en 2.005 a Evo Morales en Bolivia y al año siguiente a Rafael Correa en Ecuador. Esta serie de cambios no termina ahí, pues la lista de países que optan por un cambio de política puede aumentar en los próximos años.

Análisis de su gestión

Una vez realizada una aproximación al porqué de su surgimiento habría que valorar la calidad del fenómeno, es decir si ha resultado beneficioso, o no, al pueblo. La cuestión sobre la que más se trata de polemizar, es si la calidad de la democracia con Chávez en Venezuela se ha visto reducida.

Chávez llegó al poder a través de un procedimiento electoral, cuya única peculiaridad fue su propia elección. Él prometió cambiar la constitución del país y lo hizo, sometiéndola a referéndum después. Como no se trataba de crear una nueva constitución no debían celebrarse elecciones a cortes constituyentes. Se incluyó un mecanismo de democracia participativa como es la revocación de cargos electos, proceso al que él mismo se tuvo que someter, y el cual superó. Más tarde, se trató de modificar la constitución de nuevo, lo que en un primer momento fue rechazado en referéndum. Chávez, y su gobierno aceptaron el resultado sin mayor sobresalto. Aunque, es cierto que poco después se aprovechó un resquicio legal para tratar que esa modificación se llevara a cabo; por lo que en una nueva votación si que consiguieron, obtener ese respaldo popular. Repasando estos acontecimientos, al menos a nivel teórico, parece que la democracia en Venezuela goza de una extraordinaria salud.

No obstante, en 2002 se produjo un golpe de Estado, en el que de manera clara se vio a un pueblo que no quería que se quebrara lo que ellos habían elegido en las urnas. Resulta inevitable no hacer alusión a la elegancia de los golpes de Estado cuando son perpetuados por ciertos grupos, porque para ellos no son golpes de Estado sino “reestablecimientos de la democracia”. Es decir, ellos mismos deciden unilateralmente que en un determinado país no existe democracia, y por lo tanto es necesario dar un golpe de Estado y reestablecer la democracia. En el caso de Venezuela, tras el efímero triunfo del golpe, se les ocurrió colocar como presidente interino a alguien tan poco neutral como Pedro Carmona, presidente de la patronal en Venezuela. Las embajadas de EE.UU y España (con el Partido Popular en el gobierno) fueron las primeras en emitir comunicados dando la bienvenida al gobierno de Carmona. Posiblemente por ello, Miguel Ángel Moratinos (entonces ministro de exteriores español) denunció en cierto programa de televisión la complicidad de España en el golpe. El hecho de que Moratinos, con independencia de lo que sucediera después, denunciara aquello en su día hay que tenerlo en cuenta. Este político es una persona que maneja una vasta cantidad de información y es un gran conocedor de la realidad internacional.

Si se pretenden evaluar, aunque sea brevemente, los resultados del gobierno de Chávez, es siempre coherente recurrir a los informes de la ONU. Esta organización, en junio de 2010, reconoció los logros del gobierno de Venezuela en las Metas del Milenio. Ali Abdussalam Treki, por aquel entonces presidente de la Asamblea General de la ONU, declaró: “Quiero resaltar los logros de este Gobierno bajo el presidente (Hugo) Chávez, esto es un orgullo para uno de los países del tercer mundo, bien sea un país árabe o en América Latina”. Pero, a pesar de ello, la campaña mediática desatada contra cualquier país que abandone las sendas de lo que occidente considera políticamente correcto será implacable.

Los medios contra Chávez

La libertad de información, o más bien la falta de ésta, es un hándicap que se le achaca a Chávez constantemente. Empero, no deja de llamar la atención la inmensa cantidad de videos que se pueden visualizar en Internet, de cadenas de televisión venezolanas, donde se ha criticado abiertamente la gestión de Chávez. Esto es algo que cualquiera puede comprobar fácilmente. También, existen personas con cierta notoriedad como Nitu Pérez Osasuna, una periodista venezolana que prácticamente ha hecho de su personal cruzada anti Chávez su modo de vida, y que se sepa nunca ha estado en prisión ni nada por el estilo. Al hilo de este tema, Eduardo Galeano, apuntaba con su particular ironía: “¡Aquí no hay libertad de expresión!”, claman con absoluta libertad de expresión las pantallas de televisión, las ondas de las radios y las páginas de los diarios.”[2]

Siguiendo con la libertad de prensa en Venezuela, fue notoriamente conocido el caso de RTCV. Sin embargo, no recibió la misma repercusión mediática que ese canal apoyara explícitamente el golpe de Estado de 2002. Al respecto, Salim Lamrani, un reputado intelectual encargado de varios cursos en algunas universidades, afirmaba que: “RSF confiesa que no ignora "la actitud de RCTV durante el golpe de Estado de abril de 2002" que no "ocultó su apoyo" al derrocamiento del orden constitucional.”[3] Hay que tener en cuenta, que dada la actitud hostil de Reporteros Sin Fronteras contra el gobierno de Chávez, este reconocimiento por parte de RSF es valioso, cuanto menos. A pesar de que este canal apoyó el golpe de Estado, lo cual es algo escandaloso y condenable por el Código Penal de cualquier país, no vio alterada su programación. Únicamente cuando su licencia caducó y su renovación dependía del gobierno, éste decidió no renovarla. Sin embargo, este canal continúa emitiendo por Internet y por otras vías con total normalidad. Es decir, en ningún momento fue prohibido, solo que el Gobierno decidió no renovar la licencia que le permitía a las ondas de emisión de este canal ocupar el espacio aéreo venezolano, el cual es propiedad del Estado.

Vicenç Navarro, catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra y profesor también en The Johns Hopkins University apunta en un artículo suyo: “Una vez más se ha desatado una campaña de descrédito internacional contra el Gobierno de Chávez de Venezuela, intentando relacionar tal Gobierno con bandas terroristas colombianas. El presidente saliente de Colombia, Álvaro Uribe (pocos días antes de traspasar su mandato al nuevo presidente, Juan Manuel Santos) publicó toda una serie de fotografías y documentos que, supuestamente, mostraban tal apoyo del Gobierno de Chávez a los terroristas colombianos. Y, como era de esperar, los medios escritos y televisivos españoles de mayor difusión colaboraron extensa y activamente en esta campaña anti Chávez.”[4].

En este sentido, hay que destacar la enfermiza obsesión del Grupo Prisa contra el presidente de Venezuela, presumiblemente motivada por los conocidos intereses de este grupo empresarial en Latinoamérica. Esta situación, ha sido denunciada en repetidas ocasiones por algunos profesores de Universidad, como por ejemplo Carlos Fernández Liria, profesor de filosofía en la UCM. Este docente fue expulsado en directo de la cadena SER tras aludir al apoyo del Grupo Prisa al golpe del 2002. La presentadora optó por expulsar al profesor del programa. Resulta curioso el contraste, porque ellos critican a Chávez por no renovar la licencia a un canal que apoyó abiertamente un golpe de Estado, pero no vacilan en expulsar a alguien de sus programas cuando emite una opinión que va contra los intereses privados de su grupo empresarial. Esta anécdota es más llamativa de lo que puede parecer a simple vista. En última instancia, son estos medios quienes controlan, lo que hoy se podría denominar, el comercio de la información.





[1] GÓNZALEZ FUENTES. Mario V. Corrupción en Latinoamérica: Un freno para el desarrollo económico
[2] GALEANO, Eduardo. Entre Venezuela y Nadalandia.
[3] LAMRANI, Salim. La guerra de desinformación de Reporteros sin Fronteras contra Venezuela
[4] NAVARRO, Vicenç. Los medios anti Chávez

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